jueves, mayo 04, 2006

4:15 am. Estoy ansiosa...

El miedo me asfixia...

Faltan seis horas solamente para dejar atrás esta historia que me ha embargado durante tanto tiempo...

Mi propia vida se me escapa de las manos...

Mi existencia ha girado por muchos años en torno a cuestiones profesionales y políticas, excepto una cosa...

Soy una eterna enamorada de la pasión de esos ojos que me hablan cada día del valor de vivir y oponerse, de la fuerza de sentir y ser sentida, del dolor de quererme, de quererte y de ser querida...

Vos sos esa otra parte de mi existencia, lo que queda de mi vida personal, el último rezago de mi dulzura y mi humanidad, que se esconde tras la dureza y la rigidez de una militante intachable...

Aun no me acostumbro a la idea de dejarte...

Pero en seis horas me voy...

Vos dormís tranquilamente a mi lado, después de una noche de vino y recuerdos, pasada ya la dura despedida que enfrentan quienes han decidido quedarse juntos, sin saber que más adelante, el destino hará manifiesta su decisión, que contradice el deseo...

En sólo seis horas abordaré el avión, lejos de mis años en la calma absurda de tiquicia, de mis amigos, de mis espacios, de mis rincones y del sueño que tanto peleé...

Tantos años esperé la respuesta a esa pregunta que te planteé una sola vez y que dejaste en el aire por mucho tiempo...

La respuesta llegó y seis años después dejo todo atrás, incluso a vos y corro para alcanzar ese destino consecuente, que también acepté voluntariamente.

Me levanto y camino hacia ese espacio que en medio de tanta colectividad es sólo mío: el pequeñísimo sillón que en un rincón de la sala, me ha abrigado en medio de los aguaceros y ha visto salir miles de páginas de mi pluma.

Dormís en la habitación, sin saber qué pienso y en sueños tratás de olvidar que mañana no voy a estar, al menos no a tu lado, no aquí...

Por ahora decido quedarme acá donde estoy, por unos minutos más, en el oscuro rincón de la sala del pequeño apartamento que nos ha albergado en las noches de frío y de mideo, que nos ha visto reír, embragarnos y llorar...

Estoy tratando de guardarme tu sonido en la memoria, de proteger del olvido todo lo que he vivido acá y a tu lado...

Así, aunque mañana talvez la tortura del exilio me haga borrar el rastro que me traería de vuelta a casa, el alma conservará el calor que ésta, mi vida a tu lado, ha pintado historias de sonrisas y tonadas felices, en las paredes de mi catedral...

Esa es mi despedida de vos y el saludo a una vida que talvez se extienda... Hasta siempre!

Así que al menos por ahora...

Adiós...

No hay comentarios.: